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das Mystische 2.1

Cycladas

Iniciación a la paradoja: me niego a lo más conveniente aferrado con fuerza al orgullo (¿o será, más bien, al cansancio?), me protejo del discurso siguiendo con la mirada un texto maravilloso sobre lo ingenuo y la Naturaleza. Término técnico de Schiller: prometo no seguir por este camino. Ayer estalló el termómetro (no es broma, no es metáfora), y el mercurio se desparramó sobre impresos y muslos jóvenes, dejando en el ambiente un perfume de tortura inquisitorial y de rojo infierno. En Sevilla, Sevillana-Endesa activa, por primera vez en su historia, un plan de emergencia después de los cortes de suministro y de la demanda eléctrica. 6.312 megavatios y 70 técnicos para reparar las averías. Además, Marruecos suministra a la compañía 300 megavatios de electricidad invirtiendo el orden de los factores, alterando el producto. De improviso, arde y regresa el mercurio, el olor de la santa hoguera; salta la banca. La pincelada de humor apenas si nos rescata: un prestigioso ecologista nos habla sobre lo necesario de la energía nuclear; he aquí la solución y la imitación imprevista de la Naturaleza. Centrales nucleares para todos, claro, y a esperar la llegada de las lluvias: entonces vendrán las inundaciones. La pintura de hoy carece de dientes, es trágica como la sabiduría griega, optimista como un niño que despierta. La resistencia electrónica simulatoria me queda tan lejana como la isla de Naxos. Aunque, después de todo, el título de la obra sigue siendo el mismo: duelo a garrotazos, o duelo bajo el sol, o sólo ante el peligro. Tampoco conviene preocuparse demasiado. Estoy esperando la negociación, la función prematura del payaso. Por favor, no me olviden en sus oraciones. Hagan algo.

FUNDAMENTO:

Hay, por fortuna o por desgracia, algo en nuestros días que impide continuar la discusión de este modo estéril y miserable; este algo podría describirse diciendo que ya no es tan seguro como en otros tiempos qué sea la pintura (dónde empieza y dónde termina, cuáles son sus géneros canónicos y sus procedimientos pautados), que ciertamente no hay pintor o artista que hoy no sepa que pintar no consiste, ni ha consistido jamás, en reproducir una realidad supuestamente extrapictórica, hecho que constituye en toda su extensión la crisis de la pintura; y también podría describirse diciendo que ya no es tan seguro como en otros tiempos qué sea la filosofía, en qué se distingue de otros géneros de escritura, cuáles son sus fronteras con la ficción o con la ciencia, qué es en ella lo esencial y qué lo auxiliar o accesorio, y que no hay filósofo que hoy pueda ignorar la crisis de la propia filosofía en este punto.

José Luis Pardo. Preguntándose ¿qué pinta la verdad?

8 comentarios

itn -

Perdón por el comentario mudo, el calor amorcilla los dedos pero no las teclas del ordenador.
Solo queria dar las gracias por el enlace, que será biunívoco hoy mismo: ya he aprendido a ponerlos.
Por cierto como supiste lo de los griegos con dos días de anticipación? , el oraculo o el delirio tal vez.

itn -

Enrique -

Yo también sigo donde siempre, pini (por cierto, leí lo de la Restrepo), pero con el tiempo laboral diferente (cambios, he sufrido cambios, aunque, de momento, no todos negativos) lo que me impide el contacto habitual, ahora más fraccionado. Aún tuve tiempo de dar ánimos a itn (ahora mismo corro a enlazarlo). Y, Otis, he intentado lo del cuento, pero me ha salido una cosa tan rara, tan rara, que no me atrevo a lanzarlo al ciberespacio. ¡Porca miseria! La culpa la tienen los griegos (aunque no sabría decir si Homero, Arquíloco, Charisteas, Tsartas, o Nikolaidis).

Otis B. Driftwood -

Aquí hasta el calor es de color verde. Y raro como el oro.

pini -

itn ahora navegas otros mares...
Enrique ando corta de palabras, y por eso prefiero leerlos, disimulada (pero vos sabés que ando por acá)

itn -

En el Atlantico.
Lo que pinto solo lo oigo y lo huelo yo. por eso me permito el lujo se ser tímido.

Enrique -

Yo no pinto. Más que nada por el qué dirán. Es que soy muy tímido.

¿Agua fresquita? ¿Dónde, dónde?

itn -

Hoy he pintado el calor, he usado olores y sonidos, de eso saben mucho los que no pueden ver, y veo y desde el noroeste padezco atormentado por saber que aquí nunca termina de ponerse el sol. Menos mal que el agua esta fresquita.